La potencia puede significar PMPO, RMS a corto plazo, a largo plazo y cualquier otra cosa entre medias. Pueden introducir un número y llamarlo como quieran. No existe ninguna ley o norma industrial para medir la potencia y, desde luego, hay poca estandarización o un sistema que se aplique internacionalmente. La potencia puede medirse de mil maneras diferentes y cada una de ellas con un resultado completamente distinto. Ha habido intentos para regular esta medición como la norma CEA, pero muy poco fabricantes se adhieren a esta norma de 2016.

Por otro lado, l nivel de presión sonora lo medimos en decibeles. El decibel (dB) es una medida de tamaño que se basa en la escala logarítmica.

Una escala logarítmica es una escala de medida que utiliza el logaritmo de una cantidad física en lugar de la propia cantidad. Con una escala logarítmica, no puedes sumar números de la forma habitual: un número duplicado no es “el doble”, sino muchas veces más. Por ejemplo, 100dB es muchas veces mayor que 50dB, no sólo “el doble”. En lo que respecta a la “sonoridad”, que se mide en nivel de presión sonora (o SPL), un aumento de 10dB en el nivel equivale aproximadamente a una “duplicación” de la sonoridad percibida.

Supongamos que tenemos un altavoz con una sensibilidad (una especificación técnica que si importa) de 90 dB a 1W/1m y una capacidad de manejo de potencia de hasta 100W. Si ese altavoz se alimenta con 1W de potencia, generará 90dB cuando se mida a una distancia de 1 metro. Si duplicamos esa potencia a 2W, la medición del SPL aumentará a 93dB. Si aumentamos la potencia a 10W, la medición del SPL aumentará a 100dB, que es el “doble de volumen percibido” en comparación con 1W. Así que en realidad se necesita 10 veces más potencia para darnos una percepción del doble de nivel de volumen.

Si sustituimos ese altavoz de 90 dB @ 1W/1m por un modelo que tenga una sensibilidad de 100 dB @ 1W/1m, las cifras cambian drásticamente.

Veamos esta tabla:

La potencia sonora radiada (intensidad sonora) es la causa y la presión sonora es el efecto, donde el ingeniero de sonido está particularmente interesado en el efecto.

La sonoridad percibida subjetivamente (volumen), la presión sonora medida objetivamente (tensión), y intensidad sonora calculada teóricamente (potencia acústica)

¿Entonces sirve la especificación de potencia en sistemas de audio Hifi o residenciales?

La respuesta es NO. Si tomamos un número (#watts) y creemos que eso determina 1) qué tan bien va a a sonar o 2) qué tan fuerte va a sonar, caemos en el error de no considerar muchas variables (sensibilidad, eficiencia, headroom, percepción subjetiva).

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